domingo, 2 de marzo de 2008

Cóctel

Somete en gimoteos la oscura bola ocular, juega a ser esfera de júbilo. Se asoma al declive e intenta ser nariz. Apasiona ser nutrimento de las salivas, enzimas en tarde de invierno cacao. Obvia comisuras, se detiene a entender su propósito en su sitio, en su composición salina, en su instante de beatitud. Un gran número de ellas deciden descender y dejarse estallar contra la superficie.


Y así es como se completa el ciclo hidráulico humano.
Y así es como se sentencian las tormentas.
Y así es como, también, lloran los picos nevados.
Todo, fríamente, obra por la lógica acuática.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DIMITRI PARA TODO EL MUNDO
pd: viste qué poético es este asunto de "elegir una identidad" para firmar? jaja